Entrevista en el diario alemán ARGENTINISCHES TAGEBLATT
A cargo de la periodista Helma Rissel. 21 de agosto de 2015.
Argentinisches Tageblatt, viernes 21 de agosto de 2015
El paciente es siempre lo más importante
Entrevista con la psicóloga Diana Hunsche
En los diccionarios, la psicología se define como la ciencia que estudia las vivencias y las conductas del ser humano.
Esta entrevista con Diana Hunsche comenzó con la pregunta sobre el tipo de orientación psicológica con la que trabaja: si Freud, Lacan o las terapias modernas que se enfocan en el mañana. Diana compara al trastorno psíquico con la maleza de un jardín, que tiene hojas y raíces. Las hojas son los síntomas visibles, reconocibles y fáciles de eliminar. Las raíces están bajo tierra y es difícil acceder a ellas. Entonces, existen por un lado las terapias modernas (sistémicas y conductuales), que solo abordan los síntomas y dejan de lado el origen del problema. La solución es rápida pero pocas veces duradera, porque (siguiendo con el ejemplo de la maleza) las raíces no han sido extirpadas y por eso la planta vuelve a crecer una y otra vez. Por otro lado, existen las teorías clásicas (Freud, Jung, Lacan) que trabajan sobre el origen del conflicto para lograr la mejoría; transcurre mucho tiempo, ya que los síntomas no se abordan y el paciente los padece hasta que la terapia finaliza. Diana opina que existe un puente que puede unir ambos abordajes. En las enfermedades orgánicas también hay síntomas visibles, como la fiebre, y problemas de base, como una infección. Con dos tipos diferentes de medicación se tratan ambos aspectos de la dolencia. Ella misma designa al tipo de terapia que desarrolla como “ecléctica”, y si bien su base es psicoanalítica freudiana, trabaja con otros métodos terapéuticos: considera que es la terapia la que tiene que adaptarse al paciente, y no al revés.
¿Qué significa estar psicológicamente enfermo? Según Diana, existe una normalidad estadística que muchas veces no coincide con el estado deseado. Por ejemplo: si el 65% de la población tiene caries, esta cifra sería estadísticamente la mayoría y, por lo tanto, un patrón de normalidad. Sin embargo, no es el ideal de la salud dental. Además, el concepto de lo que es normal o anormal se modifica en situaciones límite: si, en medio de una inundación, una madre sube a su hijo al techo para salvarlo, en ese contexto es una reacción acorde a la situación. También hay diferencias en el contexto cultural: por ejemplo, en Alemania se cena a las 18, mientras que en Argentina el horario es a las 21 o más tarde. En la opinión de Diana, la normalidad psíquica no implica la ausencia de trastornos, sino que es una mezcla de características saludables (como entusiasmo, autoestima, optimismo) y una pequeña dosis de todas las alteraciones psicológicas (como miedo, negación, obsesión). La patología aparece cuando se intensifica alguna de estas últimas, que invade y domina toda la personalidad, como ocurre por ejemplo cuando una persona tiene un trastorno obsesivo-compulsivo. Si la pregunta es “¿Cuándo tengo que acudir a un terapeuta?”, ella responde: cuando un problema nos hace tropezar, cuando nuestra vida cotidiana no llega a ser lo que quisiéramos. ¿Entonces solo la gente muy enferma puede obtener beneficios de una terapia? Diana compara su postura acerca de la psicoterapia con los distintos métodos de ejercicio físico: rehabilitación, entrenamiento deportivo o actividad física cotidiana. Del mismo modo, la psicoterapia ayuda en distintos niveles: para superar situaciones extremas y difíciles, para trabajar problemas específicos o también para mejorar la calidad de vida cotidiana. La terapia nos permite crecer interiormente y nos lleva a desarrollar nuevas potencialidades. Antiguamente la mayoría de las personas no realizaba tratamientos psicológicos y tenía que solucionar sus problemas por su cuenta. ¿Por qué? Porque la psicología es una ciencia relativamente nueva y porque hoy en día admitimos más fácilmente que necesitamos ayuda. “Es muy importante lo que nos pasa, pero más importante aún es lo que nosotros hacemos con lo que nos pasa”.
Desde su época de estudiante en el St. Andrew’s Scots School, donde cursó la primaria y la secundaria, Diana sabía que quería convertirse en psicóloga por su deseo de ayudar a los demás, pero también comprobó que de esa forma se ayudaba a sí misma. Con respecto a nuestra mirada hacia el pasado, si bien es cierto que no podemos modificarlo, sí es posible resignificarlo. A través de esta nueva mirada, el pasado se vuelve dinámico. La terapia se parece a cuando uno mira por segunda vez una película: se descubren nuevos detalles y se modifica nuestra visión y valoración. Es maravilloso trabajar así con nuestro pasado para poder tomar mejores decisiones con respecto al futuro, todo esto gracias a que nos conocemos mejor como personas. “Yo no soy deportista pero trato de relacionar el deporte con la amistad, para poder disfrutar de ambas cosas”. El conocernos a nosotros mismos nos permite encontrar una manera de abordar lo que nos cuesta. Diana explica que hay gente que tiene días más activos y otros más pasivos, en forma alternada. Esto se debe a un ritmo energético que no pueden controlar. La mayoría de las veces estas personas sufren mucho en sus momentos pasivos porque sienten culpa, y se autocastigan. Estas presiones son inútiles, porque además debilitan y solo deprimen. En cambio, si uno se conoce lo suficientemente bien, mientras transita una fase pasiva sabe que pronto la situación va a cambiar. Entonces, desarrolla una autoconfianza que le permite disfrutar de la fase menos activa en la que solo se hace lo indispensable. Después, puede rendir el doble porque anteriormente no se desvalorizó ni castigó.
Diana cuenta que, luego de completar sus estudios de Psicología en la Universidad del Salvador, trabajó con el cirujano cardiovascular René Favaloro en el Sanatorio Güemes, donde atendió psicológicamente a pacientes antes y después de sus operaciones cardíacas. Así como un cirujano no puede operarse a sí mismo, uno tampoco puede analizarse a sí mismo, por eso es necesaria la catarsis con un psicoterapeuta. ¡Una terapia siempre hace bien! Es una relación donde el paciente siempre está en el centro y el psicólogo tiene los conocimientos necesarios para asistirlo y brindarle una orientación.
El terapeuta cura mediante la palabra. ¿Cómo se aproxima al paciente? Según Diana, este muchas veces habla de sus problemas con ambivalencia. Ella trabaja hace 33 años como psicóloga; ha atendido a más de 400 pacientes y siempre aprende algo más de ellos. Cada sesión es única; ningún tratamiento se parece a otro. Sus pacientes son arquitectos, abogados, escribanos, médicos, estudiantes de todas las carreras, comerciantes, diplomáticos, ingenieros, secretarios, coreógrafos, agentes inmobiliarios, amas de casa, químicos, etcétera. Las problemáticas pueden ser la muerte de un ser querido, un divorcio, una enfermedad compleja o incurable, un accidente, dificultades en el trabajo o el estudio, distintos problemas en los vínculos familiares. “Recurro a la fuente de mi experiencia, me pongo en el lugar del paciente a través de la empatía y trato de que trabajemos juntos en una solución brindando distintas posibilidades. No se trata de dar consejos sino de encontrar un desenlace que represente los deseos y la decisión del paciente. Según el filósofo griego Sócrates es muy importante conocerse a sí mismo. Con este conocimiento se evita mucho sufrimiento, se puede rendir más en las actividades cotidianas y uno se libera de cargas innecesarias. Muchas veces sucede que la experiencia clínica nos lleva a tener que modificar la teoría”. Diana se desempeñó además como psicóloga en Medicus, en el Hospital Zubizarreta, en la obra social alemana Deutschen Krankenverein. También atendió pacientes del Servicio de Paz y Justicia del Premio Nobel Dr. Adolfo Pérez Esquivel. Fundamentalmente, adquirió mucha experiencia trabajando con el Dr. Hans Welz a lo largo de 25 años. Actualmente trabaja con el doctor Alfredo May y la psiquiatra Dra. Ingrid Brunke, ambos médicos del Hospital Alemán, y con los psicólogos Lic. Elisa Pulver, Lic. Esteban Pedrazzini y Lic. Astrid García Birkhofer.
El periodismo se asemeja mucho a la psicoterapia: debe existir una curiosidad determinada para conducir una investigación, y en ambas actividades es muy importante saber elegir exactamente la pregunta adecuada para cada caso. Diana Hunsche atiende en alemán, castellano, inglés y portugués. Es la psicóloga de confianza de la Embajada de Alemania y figura en la lista de profesionales recomendados por la Embajada de los Estados Unidos. ¡Una buena entrevista con una mujer interesante!
Helma Rissel