El viernes 8 de febrero, en el Argentinisches Tageblatt, el diario alemán que sale todos los viernes, la periodista Helma Rissel publicó esta nota sobre la reunión psicogenealógica que organicé el 19 de enero.
TRADUCCIÓN DE LA NOTA DEL ARGENTINISCHES TAGEBLATT
Amigos son personas como vos y yo
Diálogo con la psicóloga Diana Hunsche
Para las palabras “amigo” y “amistad” existen muchas definiciones, y es especialmente certera la frase que dice: “Un amigo es una persona ante la cual podemos pensar en voz alta”.
La psicóloga Diana Hunsche convocó el 19 de enero a un grupo de amigas a una reunión, que ella repite todos los años en su casa de Martínez. La propuesta fue que trajeran un objeto de su pasado o una antigüedad familiar que haya tenido o que siga teniendo para cada una un significado especial, para mostrarlo y hacer un comentario durante el evento. Una y otra vez se confirma que, de este modo, surgen verdaderos puntos de unión entre las participantes.
El 19 de enero por la mañana se encontraron 23 mujeres, invitadas bajo el título de “Reunión psicogenealógica”, para compartir un brunch de manjares gastronómicos. Llegaron amigas escritoras, diplomáticas, arquitectas, periodistas y de muchas otras disciplinas diferentes, que con entusiasmo aceptaron la consigna. Al principio del encuentro hubo cruces de miradas que, lentamente, dieron paso a una actitud de apertura y pronto el grupo de mujeres se convirtió en un todo productivo sin rispideces ni aristas: la esencia feminista empezó a extenderse.
Y, al mismo tiempo, la palabra de cada una empezó a resonar y también comenzó a desplegarse una atenta escucha ante las explicaciones sobre cada pedazo de historia pasada o actual que cada una había traído. Sería muy largo enumerar los muchos objetos, con sus interesantísimos comentarios, que demuestran que el presente es un resultado del pasado y que el significado de aquel entonces sigue teniendo valor para cada una, hoy y en relación con el futuro: todo un camino recorrido estaba condensado en cada objeto. Conmovedor fue el relato acerca de un peluche, al que su dueña le contó todos sus secretos, problemas y alegrías de la infancia, hasta convertirse en una mujer casada. O el comentario de otra invitada que trajo medio ladrillo (porque tuvo que compartirlo con familiares) perteneciente a la casa paterna de Bélgica para ser incluido en la edificación de su futura nueva casa. En realidad todas las historias incentivaban a la reflexión y demostraban la perdurabilidad del significado a través de los tiempos.
Gracias a la presencia del fotógrafo Diego Rico, muchos de los momentos alegres de la reunión fueron capturados para preservarlos en tiempos de una vida cotidiana acelerada.
¿Qué representa una reunión de mujeres con sus nombres y sus objetos llenos de recuerdos? ¿Un encuentro más? ¿Un verse y olvidarse? Seguro que no, hubo demasiados momentos lindos y reflexiones importantes que continuarán surtiendo su efecto.
Para finalizar, algunas palabras para el objeto psicogenealógico de Diana: se trata del diario personal de su bisabuelo Heinrich Hunsche, del año 1871, en el que cuenta cómo en su juventud se decidió, como pastor luterano, a trasladarse al Brasil para evangelizar. Él se embarcó en Hamburgo en una goleta de 30 metros de largo en situaciones muy precarias y tres meses más tarde, un 19 de enero, hace 151 años, pudo avistar por primera vez la costa brasileña. El desembarco se complicaba debido al bajo nivel del agua, pero la limitada paciencia del capitán lo llevó a dirigirse igualmente hacia el puerto: todos los tripulantes fueron salvados, pero el barco se hundió en la arena en una soleada mañana. Luego de 8 horas de viaje en el sur de Brasil, el bisabuelo llegó a su destino: debía hacerse cargo de tres pequeñas iglesias. Él se casó, tuvo hijos y predicó hasta los 94 años de edad. Gracias al padre de Diana, que residió en Brasil y escribió el manuscrito a máquina, es que este diario permaneció legible y restaurado.