Cómo actuar ante las agresiones que niños, niñas y adolescentes pueden recibir en Internet.
Las críticas, tanto constructivas como destructivas, existen desde siempre. Sin embargo, antes solo circulaban en un ámbito limitado. Las únicas personas que disfrutaban de elogios masivos y, a la vez, tenían que lidiar con el bombardeo de las críticas eran las famosas.
En la actualidad, el auge de las redes sociales ha llevado a que situaciones de la vida cotidiana de cualquier persona, famosa o no, queden expuestas, dando lugar a críticas de todo tipo. Lo íntimo se vuelve público, empieza a circular y se viraliza.
La intención original que lleva a compartir algo no siempre coincide con la reacción que produce: aunque se esperan respuestas positivas, puede ocurrir todo lo contrario. Las consecuencias resultan, entonces, indeseadas e imprevisibles, sobre todo, porque lo que se compartió perdura en el tiempo. Además, el alcance es global: pueden verlo personas en cualquier parte del mundo.
Todo tipo de bullying es perjudicial, pero el que se realiza a través de las redes es casi imposible de frenar, lo cual empeora sus efectos en quien lo padece. Da la sensación de que esas críticas quedan perpetuadas, que no hay manera de eliminarlas y que marcan a la víctima para siempre.
En gente especialmente vulnerable (por ejemplo, personas que sobrellevan una depresión), las huellas que deja el ciberbullying son nefastas y hasta pueden convertirse en el factor desencadenante de un suicidio. Si bien no es la causa directa, sino la gota que rebalsa un vaso lleno de conflictos previos, si no existiera esa gota, no se produciría el derrame.
En el caso de los niños y las niñas, el bullying que antes se circunscribía al ámbito escolar y se solucionaba cambiando de colegio, ahora se vuelve incontrolable porque sigue circulando en las redes. Además, los chicos y las chicas se encuentran a merced no solo de las críticas de sus pares, sino también de adultos, lo cual potencia la crueldad de los comentarios.
Muchas veces, el motivo de los ataques tiene poco que ver con lo que se postea; por ejemplo, alguien que simplemente acostumbra publicar fotos de las comidas que prepara puede recibir comentarios críticos de personas con problemas de sobrepeso, resentidas porque esas fotos muestran justo lo que ellas, por su dieta, no pueden comer.
Lo que se publica siempre es un recorte de la vida de alguien; lo que mostramos suele ser una selección de lo que más nos gusta que vean los demás. Generalmente tratamos de mostrar nuestro mejor perfil.
Sin embargo, por más que hagamos esta selección, no podemos evitar que otras personas interpreten algo diferente de lo que quisimos expresar, porque se entremezclan los conflictos previos que trae cada uno: si publico la foto de la pizza que preparé, sin ninguna intención de ofender a nadie, no puedo prever que alguien vegano va a poner el grito en el cielo porque le puse ingredientes de origen animal.
Es fundamental decidir hasta qué punto queremos involucrarnos en las redes, en cuáles y qué tipo de participación vamos a tener, para prepararnos y tomar distancia de las posibles críticas que vayamos a recibir. Hay quienes consideran que hay algo aún peor: la indiferencia, la falta total de respuestas.
Una vez que decidimos postear algo, tenemos que recordar que no vamos a poder controlar las reacciones de los demás (o la no reacción), pero sí podemos manejar lo que nos generan esos comentarios negativos (o la ausencia de comentarios).
Qué es el ciberbullying y cómo enfrentarlo
Llamamos ciberbullying o ciberacoso a la utilización de las redes sociales para publicar contenidos que causan enojo, miedo, tristeza o vergüenza a otra persona. La intención es excluir y aislar socialmente al sujeto; esto se logra poniéndolo en el centro de la atención para ser blanco de burlas y agresiones muy específicas, no solo relacionadas con su propia persona sino también, muchas veces, con su familia.
Cuando el destinatario del ciberbullying es un niño o una niña, la situación es más grave aún y requiere la ayuda de los adultos para poder revertirla.
¿Por qué o para qué se produce el acoso? La persona acosadora tiene características manipuladoras. Sus objetivos son:
- Identificar a alguien como chivo emisario.
- Describirlo de manera tal que nadie quiera parecerse a él o ella.
- Castigarlo mediante la agresión y la burla.
- Utilizar el acoso como castigo ejemplificador para sus seguidores, amenazando con excluirlos del grupo si interactúan con la persona acosada o se identifican con ella.
Las soluciones prácticas que pueden implementarse en la familia son:
- No minimizar los ataques.
- Validar el dolor de la víctima, no culparla ni criticar sus reacciones (o su falta de ellas).
- Reforzar el cariño y garantizar la ayuda activa, señalando que las burlas dicen más de quien agrede que de quien es agredido.
- Bloquear al acosador para no continuar recibiendo sus mensajes.
- Ponerse en contacto con las autoridades escolares.
- Hablar con la familia del acosador o con otras familias del grupo, para generar conciencia del problema entre los adultos.
- Reportar al acosador en las redes sociales para que se investigue la cuenta desde la cual se publican las agresiones.
- Guardar los mensajes de acoso para tener pruebas.
- Ofrecerle al chico o la chica que recibe acoso otros espacios donde pueda interactuar con gente que no sea del mismo grupo que agrede (por ejemplo, un club deportivo o una clase de música). También, reforzar los vínculos con primos, vecinos o amigos de otros ámbitos.
- Apelar a la empatía y la solidaridad de quienes son testigos o partícipes indirectos del acoso, para que logren comprender que lo que hace el acosador está mal y que ellos podrían ser también víctimas en cualquier momento.
Las recomendaciones de prohibir el uso del celular o la computadora para que el chico o la chica no acceda a las redes no son efectivas. En realidad, las redes también pueden tener un sentido opuesto y funcionar para identificar al acosador.
La terapia es un ámbito en el que se pueden trabajar los efectos del ciberbullying, no solo mientras está ocurriendo, sino también mucho tiempo después de que se produjo. Las situaciones no resueltas no tienen fecha de vencimiento, razón por la cual si una persona acosadora se disculpa ante su víctima años después, puede validar el dolor que causó y reparar la situación.
Por la psicóloga Diana Hunsche (en Instagram, @psicologahunsche).
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Artículo Original: https://www.clarin.com/familias/pesadilla-ciberbullying-podes-ayudar-hijo_0_Ekek9pJWb.html?fbclid=IwAR3jY550JQSTto8_HQnPwsLpFffSCbUwPeZy76-FmDyVIGUBPdAjxPrYKY4