Si hay un tema del cual es muy difícil hablar, en cualquier etapa de la vida, es el de la muerte. Por eso es tan importante generar contenidos que nos permitan visibilizar y afrontar los sentimientos que genera. Esta es la propuesta de la ficción televisiva El primero de nosotros, que se estrenó recientemente.
Ante la posibilidad de la muerte de uno de los integrantes de un grupo de amigos por una enfermedad terminal, los demás se unen para sostenerlo y acompañarlo. Esto da lugar a que el personaje que está enfermo se cuestione cuál de sus amigos es la persona más indicada para ocuparse de su hija cuando él ya no esté. Esto nos muestra que, ante la inminencia de la muerte, la acción produce alivio, porque proporciona una sensación de continuidad al poder hacer un ordenamiento del futuro, tanto práctico como emocional.
Otra situación que muestra la serie es el cuestionamiento que cada uno de los amigos se hace sobre su propia vida: cuáles son sus asignaturas pendientes, qué tipo de vida quieren vivir. Esto se muestra, por ejemplo, en el personaje que sabe desde siempre su orientación sexual, pero la había mantenido oculta y ahora se decide a mostrarla. Otro caso es el de un amor que en su momento no se concretó y ahora pugna por manifestarse.
La serie enfatiza el valor de la amistad y de la verdad. Además, muestra la importancia de que la medicina se humanice y se adapte a la situación de cada paciente: en los primeros capítulos, la médica se dirige a los amigos en calidad de familia del enfermo, porque son quienes están presentes apoyándolo. En vez de poner énfasis en el desenlace, el acento está puesto en lo que se puede hacer para preservar la vida, siempre respetando los deseos del paciente. Es decir, se sostiene el derecho que todos tenemos a la esperanza, que nadie puede quitarnos.
En su vasta trayectoria, Diana Hunsche trabajó con el doctor René Favaloro en el Sanatorio Güemes, y si bien el psicoanálisis fue su punto de partida, también ha incursionado en otras escuelas. Además es escritora.
En toda la serie, la palabra es una herramienta fundamental que les permite a los personajes elaborar y tramitar todos los sentimientos que afloran y evolucionan a medida que transcurre la enfermedad del protagonista. También aparece el humor: hay otro personaje cuyos comentarios espontáneos dan un respiro en medio de la tristeza. Como en la vida real, cada uno reacciona como y hasta donde puede.
Circulan mucho en las redes sociales frases del estilo «hay que vivir como si nos fuéramos a morir mañana». Esto, además de imposible, es muy angustiante. Siempre pensamos en el futuro como algo mucho más alejado de nuestro presente. Borges decía: «Vivimos con la creencia de ser inmortales». Esa creencia es tranquilizadora y, además, es la base de nuestra existencia. El único punto a tener en cuenta es que no nos haga postergar indefinidamente nuestra felicidad.
Lo ideal es buscar un equilibrio y, aun pensando que todavía tenemos tiempo para cumplir nuestros deseos, no posponerlos. En ese sentido, lo que esta serie nos plantea es la importancia de alinearnos con nuestros sueños y llevarlos a cabo.
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Artículo Original: https://www.diariodecuyo.com.ar/suplementos/El-primero-de-nosotros-20220409-0040.html