Para muchas personas, las mascotas son integrantes de la familia, en total paridad con “sus humanos”. Tienen ropa, juguetes, hasta van al nutricionista. Y los grupos de “amigos” de WhatsApp entre quienes salen a pasearlas juntos también son un boom. Más allá de la paráfrasis que encabeza esta nota, San Francisco de Asís; tenía razón.
Para algunas personas son «un hijo más». Para otras,»como un hijo». La compañía de perros y gatos, sobre todo, y otro tipo de mascotas, se ha convertido en un vínculo enorme tanto para los adultos como para los niños. Se las viste, duermen en las camas, se les compran golosinas y juguetes. Van especialistas de la vista o en nutrición a visitarlas y hasta tienen sus grupos de WhatsApp de paseo, entre varios «humanos» habitués de tal o cual parque, que coordinan para que los «amigos» salgan a pasear juntos.
Hay anécdotas de lo más divertidas. Y otras totalmente curiosas, que cuentan veterinarios y dueños de pet shops. Los expertos en psicología coinciden en el lugar importante que ocupan las mascotas en muchos casos, a la vez que algunos advierten que «al humanizar a nuestras mascotas podría suceder que no les permitimos ni aceptamos su parte más animal, que difiere de nosotros, y mantener vínculos sanos con animales es entender que nuestras mascotas no tienen las mismas capacidades que nosotros, por lo que habrá situaciones que nos puedan generar conflictos o tensiones con ellos y no podemos pretender apelar a la racionalidad», subraya la licenciada en psicología María Laura Lesaeta.
Gatos y perros van cada vez más seguido a la peluquería. A medida que aumenta la conciencia ecológica de la humanidad, muchas personas se dedican activamente a defender los derechos de los animales y combatir las diversas formas de maltrato hacia ellos. Desde acciones individuales, como el rescate de perros o gatos abandonados, hasta institucionales desde diversas ONG, o los nuevos formatos de los parques zoológicos (que exhiben las especies sin encerrarlas), la relación que entablamos con los animales ha cambiado enormemente en los últimos años, señala la psicóloga Diana Hunsche. Esta nueva manera de relacionarnos con los animales se manifiesta especialmente cuando se trata de aquellos que viven con nosotros. Las mascotas se integran a nuestra vida como un miembro más de la familia. Existen historias asombrosas y conmovedoras no solo de la convivencia entre humanos y sus mascotas, sino también de la relación entre mascotas de distintas especies, incluso de aquellas que supuestamente no se llevan bien entre sí; (como los perros y los gatos). Muchas películas y videos recrean estas relaciones de afecto y de lealtad mutua. Últimamente hay personas que eligen mascotas poco convencionales, como reptiles o roedores. Por otro lado, algunas especies animales han dejado de considerarse para tener en hogares urbanos, sobre todo las aves», agrega la especialista.
Hay grupos de WhatsApp, cuentas de Instagram y Twitter, sitios en Facebook y otras plataformas donde se comparten experiencias relacionadas con las mascotas. Las redes sociales se convirtieron en un importante vehículo para realizar denuncias de maltrato. Por otro lado, además de los tratamientos, estudios y controles que brindan los médicos veterinarios en sus consultorios, aumentó la cantidad de clínicas con quirófanos y guardias veterinarias. También surgieron farmacias y supermercados cuyas góndolas exhiben toda clase de objetos, que van desde vestimentas llamativas hasta juguetes sofisticados.
En mi vida ocupa un lugar muy importante, es una integrante más de nuestra casa. A la hora de presentarnos, no lo hacemos como dueños de nuestras mascotas sino como la mamá o el papá. Solemos llevarlas a la peluquería, donde se las baña (con champoo; antialérgico si es necesario), se les cortan las uñas y se le hacen peinados especiales que incluyen un delicioso perfume. El alimento balanceado es un producto que se fue especializando según la raza y la edad del animal, incluyendo versiones light. Una imagen urbana que se volvió cotidiana es la del paseador o la paseadora sosteniendo su ramillete de correas con perros que deben tener el mismo tamaño y no pueden ser demasiados. Buscamos referencias antes de elegir una pensión donde dejar a nuestra mascota cuando debemos irnos de viaje (si es que no tenemos un familiar o conocido que pueda hacerse cargo). Durante nuestra ausencia exigimos que nos manden fotos a través del WhatsApp para asegurarnos de que este bien cuidada.
Cada vez son más los bares y restaurantes en los que está admitido llevar perros; en algunos hasta se ofrece un menú para ellos. En los medios de transporte masivos el tema del traslado de mascotas es fundamental, llegando incluso al punto de proporcionarle a la mascota su propio pasaporte.
«En terapia, el tema de los animales adquiere una relevancia igual a la de cualquier otra cuestión. Por eso los analistas, además de recordar los nombres de los familiares y allegados de los pacientes, debemos también memorizar los nombres de las mascotas, que siempre aparecen en el discurso. Un fenómeno que detecté es que la denominación ha mutado: antes los nombres eran del estilo de «Michi, Pupi». Ahora son nombres de personas (`Roberto`, `Sol`, `Blanca`) inclusive de personajes históricos» , dice Hunsche.
Al humanizar a nuestras mascotas, podria suceder que no les permitimos su parte más animal. Existe lo que se llama la humanización de las mascotas: les hablamos a nuestros animales, les explicamos lo que va a pasar, les pedimos disculpas si los lastimamos sin querer. Con ellos se manifiestan los mismos conflictos que en cualquier relación entre humanos: la disputa, la negación, la sobreprotección, el amor incondicional, etcétera. Por ejemplo, ante un divorcio suele presentarse el conflicto de quién se quedará con la «custodia» de la mascota, sostiene la experta.
Magdalena (25) es pampeana y vino a estudiar a La Plata en 2005. Es contadora pública. Su mascota es una perrita que se llama Funny, que llegó a su vida en 2016. «Por aquel entonces coquetaba con la idea de tener una mascota, pero nunca lo terminaba de concretar. Sentía que no iba a poder con tanta responsabilidad. Yo no tenía noción, en ese momento, de todo lo positivo que su presencia iba a traer a mi vida. Si bien en La Pampa siempre habíamos tenido animales en casa, ninguno había dependido de mí. Cuando eso sucede, el vínculo que se genera con un animal que depende de vos exclusivamente es diferente. O al menos desde mi experiencia lo siento así», confiesa.
El alimento balanceado es un producto que se fue especializando según raza y edad; A Funny la encontré de casualidad. Había salido tarde del estudio (mi trabajo) y estaba paseando por calle 12. En la vereda de una veterinaria que estaba en una esquina había una caja de cartón con 6 perritos negros. Los habían encontrado ese día abandonados en Parque Saavedra y los estaban dando en adopción. Eran muy bebitos, tendrían un mes mas o menos. Entonces decidí, en un impulso, adoptar uno. Yo siempre digo que Funny me eligió a mí, porque cuando los miré a todos ella se sobrepuso, sobresalia entre los hermanos, como diciendo: a mí. La vida con Funny es mucho más linda, es re compañera, súper sociable y todo el que la conoce se encariña con ella. » pudo decir de mi perra!, dice Magui. «En mi vida ocupa un lugar muy importante, es una integrante más de nuestra casa. A su vez, por estar bajo mi responsabilidad mayormente, compartimos mucho tiempo juntas. Y para monton de decisiones la tengo que tener en cuenta a ella, porque depende de mi; para todo. Por ejemplo, viajar (tengo que coordinar con alguien para que la cuide o en la medida que puedo la llevo conmigo). Por otro lado, hace unos meses alquilé un espacio de Coworking que comparto con otros profesionales independientes y fue fundamental en mi decisión que el espacio sea pet friendly. Poder contar con la posibilidad de llevarla a mi lugar de trabajo es impagable. Creo que aumenta mucho la calidad de vida que haya mascotas en los lugares de trabajo. Después de estar trabajando dos años desde casa de manera remota, no veo posible irme a trabajar y dejarla por muchas horas sola», asegura la joven.
«Tengo amigos que son `de la plaza`, que los conoce porque paseamos a nuestros perros ahí. Antes de adoptarla era de la idea de que era una locura que el perro duerma en la cama, que a lo sumo podía dormir adentro de la casa. Adiviná dónde duerme Funny? En la cama conmigo. Se me fueron las teorías al tacho. Cuando me mude a la casa donde vivo ahora empecé a llevarla a plaza Italia. Esto era previo a la pandemia y en ese entonces había un montón de dueños de perros que también hacían lo mismo que yo. De tanto frecuentar la plaza y en los mismos horarios, inevitablemente terminás intercambiando con las otras personas que también llevan a sus mascotas. Actualmente tengo algunos amigos que son «de la plaza», que los conocí en ese ámbito y nuestra relación trascendió del encuentro para que los perros jueguen. Somos amigos de mate, de charla, cena u otro plan», cuenta Magui que en algunas plazas se han organizado con grupos de WhatsApp y se ponen de acuerdo para encontrarse. Es un `win win`: juegan los perros y los humanos charlan se acompañan en caso de que sea un horario tarde», cree la humana de Fanny. La manta de las mascotas ya no está en suelo, sino arriba de la cama o el sillón familiar.
VINCULOS GENUINOS
Hunsche sostiene que «a veces ocurre que los animales cumplen el rol de hijos y pueden obstaculizar o reemplazar la llegada de estos. Cuando es así, la terapia puede visibilizar esta cuestión y ayudar al paciente a decidir qué rumbo tomar con respecto a esto que le sucede. Hay familias que no se permiten viajar, por no querer dejar a sus animales con otras personas mientras no están. Cuando no queda más remedio que entregar en adopción a una mascota por una mudanza o por falta de espacio, se puede vivir la situación con mucho dolor, por sentir que se está traicionando al animal».
Varias veces me ha sucedido que llegan pacientes a la sesión con un animalito que acaban de rescatar en la calle y piden entrar con él al consultorio. En otras ocasiones vienen con su mascota y me dicen:»la traje a Cande porque cuando salga de acá me voy directo a la veterinaria,puedo entrar al consultorio con ella? No quiero que se estrese». Hay terapeutas, entre las cuales me incluyo, que atienden con su propia mascota; esto, en la mayoría de los casos, ayuda a romper el hielo inicial de un tratamiento porque se convierte en el primer tema de conversación. Mi perro Beagle «Totó» es un personaje amado para casi todos mis pacientes. Cuando su presencia molesta a alguno de ellos, obviamente me ocupo de sacarlo previamente del consultorio.
Recuerdo a un paciente que lloró desconsolado por extrañar a una paloma que había dejado en libertad luego de rescatarla en la calle y llevarla a su casa para curarle el ala rota. En muchas sesiones anteriores habia dado detalles de su favorable evolución. Él sabía que había obrado bien y estaba feliz de haber salvado a la paloma pero, al mismo tiempo, sufría por la separación. El duelo por la muerte de una mascota se asemeja al de cualquier otro integrante humano del grupo familiar. Es un dolor muy profundo que hay que elaborar y en esos casos la terapia es muy útil. No es bueno reemplazar la mascota por otra sin antes haber tramitado la pérdida», dice la experta. Cuando lo que sentimos por los animales con los que convivimos es muy profundo, no debemos avergonzarnos ni disimular como si fuese una exageración. Los vinculos con las mascotas son tan genuinos y solidos como aquellos que entablamos con humanos (a veces, incluso más). Y es válido tratar en terapia cualquier situación que se presente relacionada con nuestros amigos animales. Ellos lo merecen», finaliza. Los gatos se han convertido en verdaderos reyes de los hogares. El fanatismo por este animal creció; mucho en los últimos años.
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Artículo Original: https://www.eldia.com/nota/2022-5-22-3-39-17-ven-aqui-hermano-perro–toda-la-semana