Diana Hunsche
  • Inicio
  • Sobre mí
  • Indice
  • Textos
    • Textos

      ¡LLEGAMOS A ESPAÑA!

      14 septiembre, 2022

      Textos

      ¿Qué es la Resiliencia?

      13 julio, 2022

      Textos

      Dia de la Mujer

      13 julio, 2022

      Textos

      TOMARSE EN SERIO

      10 julio, 2022

      Textos

      ARREMETER CON LOS DEBERES DESAGRADABLES

      10 julio, 2022

  • Relatos sobre pacientes
  • Prensa
  • CV
  • Contacto
  • Inicio
  • Sobre mí
  • Indice
  • Textos
    • Textos

      ¡LLEGAMOS A ESPAÑA!

      14 septiembre, 2022

      Textos

      ¿Qué es la Resiliencia?

      13 julio, 2022

      Textos

      Dia de la Mujer

      13 julio, 2022

      Textos

      TOMARSE EN SERIO

      10 julio, 2022

      Textos

      ARREMETER CON LOS DEBERES DESAGRADABLES

      10 julio, 2022

  • Relatos sobre pacientes
  • Prensa
  • CV
  • Contacto

Diana Hunsche

GESTAR LA MATERNIDAD

por dianahunsche 21 octubre, 2018

GESTAR LA MATERNIDAD

Una madre no nace, sino que se hace. La maternidad es una construcción particular y única que cada mujer comienza a ensamblar incluso antes del nacimiento del hijo. Esa configuración incluye el deseo y las expectativas que hayan existido (o no) antes y durante el embarazo (o el proceso de adopción). Además, es una vivencia que recomienza en forma diferente con cada hijo.

Esta diferencia va a la par de una sorprendente multiplicación del amor: aunque a la madre primeriza le parece que no va a poder amar al segundo hijo tanto como al primero, porque siente que ya vuelca toda su capacidad de amar, al nacer ese segundo bebé ella descubre que el amor se multiplicó sin restarle ni un poco al primero, y conserva la misma intensidad para ambos.

Si bien la profundidad del amor es la misma, las características del vínculo van a ser totalmente diferentes. Dependerán del género de cada hijo, de la edad de la madre al momento de cada nacimiento, de la relación de la pareja, de la situación económica y laboral familiar, entre muchos otros factores.

El amor maternal excede la edad biológica: puede desarrollarse en el sentimiento de una hija mayor hacia sus hermanos menores, por ejemplo. Esa es la razón por la que también es posible que una hija logre maternar a sus propios padres.

Este amor también excede los lazos familiares: no hace falta tener un hijo para ejercer un rol maternal. Se puede maternar a un sobrino, al hijo de un amigo, incluso a una mascota. Además, la función materna hoy en día abarca mucho más que antes: la madre es ahora también proveedora del hogar a nivel económico, por ejemplo.

Así como cada madre educa a sus hijos, tiene que tener la permeabilidad de “dejarse educar” por ellos. No se trata solamente de que nuestros hijos nos enseñen a manejar herramientas tecnológicas que ellos dominan. Además, nos abren la oportunidad de replantearnos nuestros valores, nuestras costumbres y nuestras posibilidades de crecimiento personal. De este modo nos ayudan también a resignificar nuestro vínculo con nuestros padres y abuelos; esto puede hacer que, o bien nos enojemos con ellos, o bien que logremos perdonarlos.

La función materna (no importa hacia quién se ejerza) conlleva a reelaborar en forma activa lo que cada persona vivió con su propia madre: se intenta repetir lo bueno y superar lo sufrido. Si esto no ocurre, estamos ante una represión que nos impidió en su momento cuestionar la figura materna.

Sea cual sea el lugar desde el que se llega a la maternidad, siempre implica un cambio de eje: es una invitación (que se puede aceptar o no) a que el centro de la existencia deje de estar en la persona maternante para pasar a estar en el hijo. La madre (o quien ejerce esa función) se convierte en satélite de la vida de otro ser totalmente indefenso. Pero también la construcción de la maternidad incluye aprender, a medida que el hijo crece, a cambiar la “órbita” de ese satélite, de manera tal que, con el tiempo, el hijo pueda vivir plenamente aun en ausencia de la madre.

Todo crecimiento es un alejamiento del origen. Así como el árbol, a medida que crece, se aleja cada vez más de sus raíces, el ser humano también se va distanciando. Pero para cada etapa de alejamiento, a lo largo de la vida existen “puentes” que permiten salvar esas distancias y establecer una comunicación que se sostiene aun desde lejos. Cada puente es diferente del anterior: cuando el bebé es recién nacido, además de la voz de la madre (que ya conoce desde que estaba en el vientre), incorpora la mirada y las sensaciones táctiles y olfativas, que se despliegan durante el amamantamiento y los cuidados al bañarlo, vestirlo, etcétera. Más adelante, al adquirir el lenguaje, el niño puede comunicar a su madre lo que le pasó mientras estuvo lejos de ella (por ejemplo, en la escuela). Al llegar a la adolescencia, la palabra sola ya no alcanza, porque el adolescente sabe bien cómo ocultar u omitir contar algo a su madre; entonces, el código sobre el que se va a sostener el vínculo es el de la confianza (que a su vez se ha ido construyendo a lo largo de los años).

Todos los puentes representan este lugar desde el cual la madre puede cuidar y a la vez tomar distancia de los hijos a medida que crecen. (Insistimos en que estos procesos se dan en el marco de una función maternal, que puede estar ocupada o no por la madre biológica.)

Cuando alguno de estos puentes está “roto”, y la comunicación entre madres e hijos se debilita por esto, la terapia es el espacio en el que se adquieren las herramientas para reconstruirlos y fortalecerlos.

Es importante que, a lo largo del proceso de maternar, la mujer no descuide ni abandone sus propias potencialidades. Si hay algo que una madre debe demostrar a sus hijos es que ellos pueden buscar su propia felicidad, y esto solo se logra mediante el ejemplo: la única forma en que yo le puedo enseñar a mis hijos a encontrar su felicidad es encontrando la mía. Por supuesto, después queda en manos del hijo seguir o no el ejemplo materno.

La empatía, o la capacidad de ponerse en el lugar del otro, se acentúa muchísimo en el caso de una madre que ama a sus hijos. La maternidad lleva a hacer sacrificios impensados o a asumir como propios los sufrimientos de los hijos. Esto subsiste a lo largo del tiempo, no importa la edad de estos.

La otra cara de esta empatía es que la madre también va a celebrar como propios los logros de los hijos, e incluso de los nietos (no olvidemos que en algunos idiomas, como el inglés, el alemán o el francés, la palabra “abuela” se traduce como “gran mamá”).

El lugar de la maternidad se presenta siempre como una demanda continua de entrega, de abnegación, de sacrificio. Pero lo maravilloso es que, a su vez, también es uno de los lugares desde los que más amor se recibe.

 

0
FacebookTwitterGoogle +PinterestWhatsappEmail

También te puede interesar

¡LLEGAMOS A ESPAÑA!

14 septiembre, 2022

¿Qué es la Resiliencia?

13 julio, 2022

Dia de la Mujer

13 julio, 2022

TOMARSE EN SERIO

10 julio, 2022

ARREMETER CON LOS DEBERES...

10 julio, 2022

CONVIVIR EN UN CLAN...

2 febrero, 2020

INTERPRETAR LAS SEÑALES (2)

8 enero, 2020

 TRASCENDER LOS ESTEREOTIPOS

11 diciembre, 2019

ZOOM TERAPÉUTICO -Episodio 3

30 septiembre, 2019

CANALIZAR EL ENOJO

16 septiembre, 2019

ZOOM TERAPÉUTICO – Episodio...

10 septiembre, 2019

INTERPRETAR LAS SEÑALES

30 agosto, 2019

RESCATAR LA IMPROVISACIÓN

9 agosto, 2019

ZOOM TERAPÉUTICO – Episodio...

7 agosto, 2019

FILTRAR LA SINCERIDAD

19 julio, 2019

EVITAR LOS JUICIOS GENERALIZADORES

3 julio, 2019

ABRIR LA POSIBILIDAD DE...

19 junio, 2019

GESTAR LA PATERNIDAD

14 junio, 2019

ELEGIR CON QUIÉN LLORAR

1 junio, 2019

DISOLVER LOS CELOS

22 mayo, 2019

ELOGIAR A NUESTROS SERES...

24 abril, 2019

EVALUAR PARA QUIÉN HACEMOS...

16 abril, 2019

DECIR LO NO DICHO

8 abril, 2019

AMAR A NUESTRAS MASCOTAS

31 marzo, 2019

PERMITIR QUE NOS AYUDEN

28 marzo, 2019

FOMENTAR LA INDEPENDENCIA DE...

15 marzo, 2019

DESACTIVAR EL PERFECCIONISMO

6 marzo, 2019

REINTERPRETAR LOS DICHOS POPULARES

19 febrero, 2019

JERARQUIZAR EL OCIO

18 febrero, 2019

RECONOCER LAS ADICCIONES

31 enero, 2019

LIMITAR EL «YA QUE...

23 enero, 2019

ACEPTAR LO DIFERENTE

14 enero, 2019

PLANEAR EL AÑO NUEVO

2 enero, 2019

PASAR LAS FIESTAS DE...

20 diciembre, 2018

SUPERAR EL MIEDO A...

13 diciembre, 2018

INVESTIGAR NUESTRO ÁRBOL GENEALÓGICO...

30 noviembre, 2018

DESMANTELAR EL PLAN B

22 noviembre, 2018

DESMITIFICAR NUESTRA IMAGEN EN...

14 noviembre, 2018

DESESTIMAR LA ENVIDIA AJENA...

7 noviembre, 2018

AMPLIAR EL CONTORNO CORPORAL

30 octubre, 2018

Sobre mí

Sobre mí

Lic. Diana Hunsche

Es importante lo que te pasa, pero más importante aún, es lo que hacés con eso que te pasa. Mi intención al crear esta página es ofrecerte un espacio de reflexión.

Facebook Pinterest Linkedin Email

Últimas notas

  • ¡LLEGAMOS A ESPAÑA!

  • ¿Qué es la Resiliencia?

  • Dia de la Mujer

  • Facebook
  • Instagram
  • Linkedin
  • Email
Footer Logo

@2019 - Diana Hunsche. Todos los derechos reservados.
Los textos de esta web fueron editados por María Inés Linares.


Volver arriba

Leer tambiénx

DECIR LO NO DICHO

SOBREVIVIR A LAS VACACIONES

ABRIR LA POSIBILIDAD DE UN CIERRE